sábado, 29 de junio de 2013

Ruta de las Tres Ermitas de Tella (Huesca)


Cuenta la leyenda que había en el Pirineo un pueblo tan bello que las brujas lo eligieron para celebrar sus danzas y conjuros. Se levantaba en lo alto de un promontorio desde el que se divisaban todos los valles vecinos, y cuando el sol de la tarde comenzaba a teñir de rojo las cumbres nevadas, las brujas acudían a la llamada al aquelarre en el peñón conocido desde entonces como el Puntón de las Brujas. Los vecinos, temerosos, mandaron construir tres ermitas formando un anillo protector para mantener alejados del pueblo a los seres malignos. Las brujas se fueron del lugar para no volver, pero cuando la magia ha enraizado en un lugar ya nunca desaparece del todo. Aun hoy, en las noches más oscuras del invierno, quien tenga el valor de acercarse al Puntón oirá extraños sonidos y notará como el aire se agita alertando de presencias invisibles.

El Pirineo es tierra de leyendas. El aislamiento de muchos pueblos propició la convivencia de prácticas religiosas y esotéricas, y el uso de plantas medicinales se asoció a menudo a la brujería. En este post os vamos a hablar de un lugar mágico rodeado por un paisaje espectacular y que, además, tiene la ventaja de no ser muy conocido a pesar de que se halla en el entorno del famosísimo Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Nos referimos al pueblo de Tella y a la llamada Ruta de las Tres Ermitas. Para llegar a Tella tenéis que ir por la carretera A-138 que va de l'Aínsa hacia Bielsa, y tomar el desvío hacia Tella y los miradores de Revilla. Mas adelante hay una bifurcación en la que hay que coger la carretera que lleva a Tella. El pueblo se levanta sobre un mirador natural que nos ofrece una gran vista panorámica de las montañas y valles que lo rodean. En los paneles informativos que veréis a la entrada del pueblo recomiendan recorrer la ruta en el sentido contrario a las agujas del reloj. Si lo hacéis así, la primera ermita que encontraréis es la más antigua y espectacular, la de San Juanipablo (s.XI), uno de los mejores ejemplos del románico en Aragón. Pero lo que hace realmente especial a esta ermita es su ubicación (en la foto), ya que se levanta bajo el peñon conocido como el Puntón de las Brujas y tiene unas vistas difícilmente comparables. Las brujas no pudieron encontrar un lugar mejor para celebrar sus aquelarres. Desde allí ascenderemos a la ermita de las Fajanillas, donde se celebra una romería por San Gil.  La última ermita del recorrido es la de Virgen de la Peña, la más moderna de las tres. Desde allí volvemos al inicio de la ruta pasando esta vez por el centro del pueblo. Ya en el camino de regreso, os recomendamos una parada en el dolmen de Tella, situado en la misma carretera a  1 km. de distancia. Sin duda, un buen final para acabar de empaparnos de la magia del lugar.

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